En esta ocasión vamos a enseñarte uno de los secretos de la navegación a vela. ¿Sabes cuál es?
Navegar a vela es sencillo pero tiene un pequeño inconveniente: el poder ver la dirección del viento.
Todos los navegantes necesitan ser conscientes en todo momento de la dirección del viento para así tener el control de la embarcación. Esto requiere de un aprendizaje para interiorizar la percepción y la dirección del viento. Poco a poco y con la práctica este hecho va saliendo de forma natural.
¿Cómo empezamos a aprender a automatizar la percepción del viento?
Primero nos tenemos que sentir cómodos en la embarcación y en su movimiento. Después, ya empezamos a poner atención en el viento. No te agobies si te cuesta, al principio es muy normal. Para que os hagáis una idea, suele costar entre 4-5 días el percibir la dirección del viento en todo momento. De modo que la desorientación en los primeros días es normal.
Trucos o ejercicios para automatizar el proceso:
– Activar los sentidos para poder percibir el viento. En la montaña la dirección de una pendiente es evidente, en el mar la del viento no, ya que no se ve. No obstante, sí que lo podemos percibir.
– Observar el movimiento de los objetos cuotidianos. Un ejercicio muy bueno es el llevar contigo algún elemento, como una bandera, y perseguir el viento conociendo así en todo momento su dirección. Esto nos va ayudar a aprender a tomar decisiones en función del viento. También es interesante el fijarnos en diferentes objetos que nos encontramos en nuestro día a día, como en las hojas de los arboles, la ropa tendida, el pelo…
– Paciencia. Debemos ser pacientes. La automatización del viento es un proceso de aprendizaje, y como tal le tenemos que dedicar el tiempo suficiente.
Poco a poco y con práctica aprenderemos a sentir e interiorizar el viento. Esto va a ayudarnos a disfrutar de la navegación y de la sensación de libertad que nos ofrece el mar.
Para ayudarte desde Mesmar organizamos clases de iniciación en vela ligera.
¡Ahora a disfrutar mucho del mar y del viento!